Porque las guitarras son de madera y su sonido es sensible al clima se suele dar valor a las zonas de cierta climatología para la calidad de su secado natural.
Hay estudios sobre las mejores condiciones climáticas para construir una guitarra pero hay pocos estudios que hablen de las condiciones ambientales más adecuadas para tocar
¿La humedad de una sala puede afectar al sonido de la guitarra?.
El envejecimiento de la madera de la tapa y el efecto de someterla a vibraciones todos los días ¿puede mejorar el sonido?
Como es imposible fabricar y almacenar el instrumento en las mismas condiciones de humedad que el lugar donde va a usarse, ¿es preferible realizar el encolado de las distintas partes de la guitarra con humedad baja?.
La Tapa armónica y el fondo crecen longitudinalmente con la humedad y los aros, varetas y refuerzos se encolan a ellas perpendicularmente a la fibra. ¿Es arriesgado?
El barnizado protege el exterior de los cambios climáticos pero el gran orificio de la boca asegura que el interior de la guitarra llegue al equilibrio con la humedad ambiental . ¿Tiene consecuencias negativas?
Que la guitarra absorba la humedad del ambiente¿es menos peligroso que el efecto contrario?.
¿Corremos el riesgo de que se raje o despeguen partes de la guitarra si viajamos a un clima seco?.
¿Las guitarrerías suelen ser locales cerrados, por algo más que secretismo?,
La respuesta a estas ocho preguntas es, salvo matices, afirmativa, en todos los casos.
Decía José Ramirez III en su libro, "En torno a la guitarra" que "el mayor de todos los peligros que pueden acechar a una guitarra, exceptuando, claro está, que le pase un camión por encima, son los cambios climáticos de húmedo a seco y viceversa, sobre todo si estos cambios se producen rápidamente".
Explica José L. Romanillos en su libro "Antonio de Torres. Guitarrero, su vida y obra", que dos guitarras construidas en Almería en 1884, en las mismas fechas y en el mismo lugar difieren en 3 mm en sus lóbulos menores, 4 en sus cinturas y 2 en sus lóbulos mayores.

Cuentan los descendientes de Torres que consideraba la noche como el momento más propicio para montar sus instrumentos y que utilizaba un extraño aparato, con dos piezas de madera de abeto, para elegir el momento oportuno.